Ayer fui a buscar a mi hijo Bruno, de 3 años, al cole. Le di la merienda en el parque infantil que queda enfrente del colegio. Allí nos quedamos a jugar como hacemos todas las tardes.
En un momento vi a mi retoño, dulce criatura, sangre de mi sangre, hurgándose la nariz con devoción.
Me acerqué a él, kleenex en mano para limpiarlo, en el momento que se ponía un moco verde en la boca.
A su lado había dos compañerxs de su clase observando la escena, eran Roy y Aina.
En dos zancadas me acerqué a él con una sonrisa y le dije con voz dulce:
– ¡Bruno por favor! ¡No te comas los mocos! ¡Eeecsss!
Mientras limpiaba el dedo arma del delito al chiquillo, Roy dice riendo:
– Yo también me como los mocos… jajaja
Y entonces Aina comenta:
– ¡Sí! ¡Y yo también! ¡Están buenos! Jajaja
Y es que cuando el producto es bueno, el marketing sobra.
Mi hijo y sus amigos lo saben y ninguna madre les hará cambiar de opinión.
Aunque a veces pasa que aún y teniendo un buen producto no estás llegando a tu publico…
Quizás no tengas una web adecuada; O no tengas redes sociales; O no hayas hecho ninguna estrategia de SEO; O los textos de tu web no vendan; las fotos de tu producto no sean las mejores; O los canales donde te promocionas no sean los adecuados…
¿Cuál es tu caso? ¿Por qué crees que no estás vendiendo?