Fotopolla: la historia de cómo no debes vender tus productos o servicios

El otro día mi amiga Sandra me contó que estaba hablando con un tío por Tinder. Voy a llamarlo Dani.

Después de charlar un rato por la aplicación y como parecía que la cosa fluía entre los dos, el tal Dani le pide el teléfono y ella sin dudarlo se lo da.

La conversación sigue por whatsapp.

Dice mi amiga que Dani era simpatiquísimo, divertido y que definitivamente había química entre los dos.

Pero cuando ya llevaban un buen rato charlando todo se torció en un momento.

Dani sin venir a cuento va y le dice:

– ¿Quieres que te mande una fotopolla?

A lo que mi amiga se queda un tanto perpleja y pensando que Dani estaba de cachondeo le dice:

– ¡Qué gracioso eres! Jajaja

Y acto seguido recibe una foto del miembro de Dani.

¿Qué ocurrió después?

Pues que mi amiga lo bloqueó por whatsapp, lo bloqueó por Tinder y borró la foto del miembro viril de Dani.

Deja que te diga que esta historia, aunque no lo parezca, es definitivamente sobre marketing. O en este caso del mal marketing, del que molesta o te incomoda.

Deja que me explique:

Dani tiene un producto que quiere vender (o unos servicios que quiere prestar).

Mi amiga quiere “comprar”, pero no sabe si Dani es de fiar, tiene que conocerlo antes. Necesita confiar en él, estar convencida de que realmente es el producto que está buscando. 

Dani quiere vender a toda costa y se salta los preliminares, pasa a vender a puerta fría, a molestar, se le nota desesperado y entonces pasa lo inevitable… El cliente se va sin probar el producto.

¿Por qué crees que en algunos sitios dan a probar los quesos o ponen “testers”?

Entonces, como propietarios de un negocio, ¿por qué pensamos que nos van a comprar sin conocernos?

Antes de pedirle a tu marido o mujer que se case contigo, habrá pasado un tiempo donde te habrás enamorado de él o ella. Pues con los clientes pasa lo mismo, primero tienes que enamorarlos para que luego te pidan la mano en matrimonio.

¿Pero cómo se hace este cortejo?

En redes sociales: publica píldoras de conocimiento para mostrarte como unx expertx en la materia.
En tu web: regala un webinar o un ebook gratuito (pide siempre su e-mail para poder comunicarte después con esas personas que lo hayan solicitado).
En tu newsletter: relata una historia de éxito con contenido que a tu audiencia le sea útil.
En tu blog: publica artículos que te muestren como una autoridad en tu sector.

Tip de marketing digital: para que un cliente potencial termine por comprarte, tiene que haber interactuado contigo un mínimo de 3 veces.